
A diferencia de Neuquén, la Legislatura de Río Negro sesiona poco y nada.
Dos provincias hermanas pero con Legislaturas disímiles. En Neuquén sesionan semana por medio mientras que en Rio Negro a veces.
Mientras que la Legislatura de Neuquén mantiene una actividad constante, la de Río Negro ha permanecido inactiva desde la apertura de sesiones ordinarias el 1 de marzo. La última sesión efectiva fue el 28 de febrero, cuando se trataron acuerdos petroleros y designaciones clave. Desde entonces, el recinto legislativo no ha vuelto a abrir sus puertas, a pesar de que hay numerosos proyectos pendientes de tratamiento.
Entre los temas en espera se encuentran el informe anual de la Defensora del Pueblo, Adriana Santagati, y proyectos enviados por el Ejecutivo, como la compensación a retirados de la Policía y la ratificación de un decreto-ley relacionado con la recaudación tributaria. Además, hay iniciativas del oficialismo que proponen el cobro a extranjeros no residentes en servicios públicos y la incorporación de inteligencia artificial en la educación.
En el ámbito político, se observan movimientos internos, como el pedido de conformación de bloque por parte de legisladores que buscan alinearse con La Libertad Avanza, el partido del presidente Javier Milei. Sin embargo, estos cambios aún no se han reflejado en la actividad legislativa.
La falta de sesiones ha generado críticas y comparaciones con la Legislatura de Neuquén, que continúa con su agenda legislativa y el tratamiento de proyectos.